Niños con caras sonrientes, padres y abuelos
acompañando a los más pequeños de la familia para ver el espectáculo, la
cartelera mostraba las propuestas teatrales para disfrutar de las noches de
verano en un lugar de la costa. Mientras observaba las opciones, la música me
invitaba a recordar un tiempo ya lejano, la niñez. En minutos comenzaba el show
de La Estrella Mochilera, un dúo que desde hace 18 años, se sube al escenario
para compartir su talento con los chicos. Con motivo del Día del Niño, ACTIVA,
SOCIEDAD EN ACCIÓN, conversó con Rosana Sardi y Eduardo Vázquez, integrantes
del grupo antes mencionado.
En referencia a los
comienzos de La Estrella Mochilera, Sardi y Vázquez dijeron que iniciaron
“en el año 1999, mientras éramos estudiantes en el Conservatorio Nacional de
Música (ahora UNA), dábamos clases de música en jardines de infantes, primaria
y secundaria”. “Comenzamos a hacer canciones para los actos patrios y las
cantábamos con nuestros alumnos de jardín, sobre todo. Fuimos ampliando el
repertorio, con diferentes temáticas, estilos”, agregaron.
Ligado a lo anterior,
explicaron que las “canciones empezaron a tener vida propia y a
desparramarse, primero entre la comunidad educativa; y, más adelante, llegamos
a las casas y las familias. Así, fue que grabamos nuestro primer material La
Estrella Mochilera (1999). A
partir de ahí, comenzamos a cantar en distintos anfiteatros, pequeños teatros,
festivales y continuamos grabando discos, siempre con canciones propias,
hasta llegar, hoy, a Ronroneo & Rock’n roll que es
nuestro décimo trabajo discográfico”.
En cuanto a que implica
trabajar orientados a un público infantil, señalaron que “es divertidísimo, un
juego constante. Pero, también, conlleva muchísimo trabajo para no caer en
lugares comunes, chistes fáciles, fórmulas probadas”.
“Ante todo somos
músicos, respetamos y amamos nuestra profesión, ese es el punto de partida”,
continuaron.
“Desde que comenzamos,
conocíamos perfectamente a qué público nos estábamos dirigiendo, porque, al
seguir dando clases, lo primero que hacíamos cuando componíamos un tema era
presentárselo a nuestros alumnos. Y la devolución de los chicos era buenísima,
nos corregían, por ejemplo, la acentuación. Es que no va cualquier ritmo en
cualquier melodía. Tampoco, queríamos quedarnos con un léxico chiquito porque
se tratara de niños, al contrario. Hay palabras, historias, bichos poco comunes
que usamos y les decimos que pregunten si no lo conocen, y que si el papá
tampoco sabe que pregunte él también. A los chicos no hace falta hablarles en
diminutivo”, indicaron.
En cuanto a la idea
disparadora de las canciones que componen comentaron:
"No creemos mucho
en la ‘inspiración’, sí en el trabajo. Lo que hay son elementos, situaciones o
algún personaje al que uno le asigna un nombre, y a partir de ahí se desarrolla
una idea con estructura de canción. Buscamos la diversidad rítmica, de estilos,
orquestación, todo acorde a la historia que queremos contar”.
Ligado a lo anterior,
dijeron: “Los espectáculos están planeados en base a las canciones de nuestros
discos, primero surgen los temas, después, hacemos el disco y como presentación
en sociedad se arma el espectáculo. La temática es siempre variada y diversa,
ya que las canciones son el esqueleto y eje de nuestros shows”.
Durante los espectáculos
puede observarse como personas de una amplia franja etaria pasan un tiempo
agradable, al respecto, señalaron: “Es hermoso ver a distintas generaciones
unidas, disfrutando del mismo momento”.
“Siempre apuntamos a que
nuestros shows sean una fiesta de canciones, en donde podamos reunir a la
familia, que, tanto, los grandes, como, los chicos se sientan parte, y
compartan cada momento, bailando, cantando, jugando o simplemente escuchando
historias nuevas”, indicaron.
A continuación,
manifestaron: “Queremos reflejar el auténtico amor por la música que un día nos
hizo aterrizar en un escenario para cantarle a la familia, y por supuesto,
siempre cuidando y respetando a los chicos, poniendo en cada show, no solo
nuestra formación como músicos, sino, también, toda la experiencia que
adquirimos a lo largo de 18 años como docentes de música en escuelas”.
La Estrella Mochilera
fue declarada de interés cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación,
ante la pregunta, sobre la significación que tuvo para ellos, comentaron:
“Fue el resultado de años de trabajo. Pero, quizá, más importante que la declaratoria
de interés cultural, fue haber sido convocados en el año 2014, cuando
cumplíamos 15 años con La Estrella, a realizar un show por el mes del niño, en
el Salón Blanco de la
Casa de Gobierno. Fue impresionante
cantar en Casa Rosada, en un lugar lleno de historia. Fue un hermoso
reconocimiento, se hicieron solo tres de música para chicos, y nosotros fuimos
parte”, y añadieron que lo más “significativo, fue que nuestros seguidores se
hicieron presentes y desbordaron el Salón Blanco para compartir esa fiesta”.
En referencia al mensaje
que quieren dejar a las futuras generaciones, plantearon que hay “muchas cosas
que importan, aunque la vida veloz las empañe o las tape”.
Luego, expresaron
que “importa jugar, el planeta, el otro y uno. Que no es necesario ‘demasiado’
para divertirse ‘mucho’, porque una simple canción, un juego bastan para
alegrarnos. La vida es una fiesta y merece ser festejada”.
Finalmente, hablaron
sobre sus próximas actividades: “En esta segunda etapa del año, estamos
encarando algunos shows al aire libre en ferias y mercados. También,
realizaremos un show en el Espacio Cultural Julián Centeya (CABA) en
septiembre, a la gorra, para que venga todo el mundo”. “Seguramente,
presentemos otro acústico en breve”, agregaron.
“En octubre nos vamos para
Córdoba”, culminaron.
Fotos: La Estrella Mochilera
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