Foto: Greenpeace
Como
resultado del cambio climático global, las catástrofes naturales son cada vez
más frecuentes y severas. Las consecuencias no son las mismas para todos y es
la población con menos recursos, conformada en un 70% por mujeres, la más
afectada, según explicó Greenpeace por medio de un comunicado.
Las mujeres que habitan en zonas rurales o áreas
remotas son quienes se ven más perjudicadas, ya que dependen directamente de
los recursos naturales para subsistir. En los países en desarrollo, entre
el 60 y el 80% de los alimentos es producido por mujeres, siendo la producción
agrícola el rubro que más se ve afectado por los efectos del cambio climático.
A estos hechos, se suma, de manera histórica, que a
las mujeres e incluso a las niñas, se les ha impuesto a su cargo la
responsabilidad por completa del hogar. El calentamiento global hace cada vez
más difícil las labores domésticas, por ejemplo se incrementan las distancias
que tienen que recorrer para encontrar el recurso más necesario, el agua.
En Argentina, la tierra como propiedad es
fundamentalmente masculina, ya que a las mujeres se les hace más difícil
acceder a créditos y esto limita su posibilidad de desarrollar su propia
actividad económica y tomar decisiones respecto a un mejor uso de la tierra.
Por otro lado, el calentamiento global perjudica la
salud de las mujeres. Las olas de calor sostenidas afectan a las
embarazadas y producen un aumento de nacimientos prematuros con consecuencias
en el futuro desarrollo de los bebés.
En
este escenario, Greenpeace sostiene la urgencia de que se piensen y
ejecuten políticas públicas para combatir el cambio climático con una perspectiva
de género.
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