Ver una película, leer un libro, llevar a cabo los
quehaceres del trabajo, la escuela o la facultad, limpiar la casa, parece que en
la cuarentena hay muchas cosas para hacer en el hogar; y, justamente, el
encierro y la rutina, pueden llevarnos al aburrimiento y a no querer hacer
nada.
Este es un tiempo único, nunca vamos a volver a tener la
misma disponibilidad para descansar o
para estudiar. Estamos en un momento donde establecer prioridades es
fundamental, porque podemos cumplir con nuestras responsabilidades y; a la vez,
disfrutar de un momento de relax con los familiares que nos rodean o solos.
Experimenté que es muy gratificante terminar el día sabiendo
que hicimos actividades productivas; pero, también, cosas que nos despejan la
mente y nos cargan las pilas para volver al ruedo renovados para tener un
rendimiento eficaz.
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