LA MENTE Y EL CONTEXTO ECONÓMICO
12:42 p.m.
Los precios aumentan, la crisis económica parece no dar
tregua en el marco de un año de elecciones. ACTIVA, SOCIEDAD EN ACCIÓN,
conversó con Carlos Ramos, psiquiatra (Matrícula
Nacional 140.363), sobre la manera en la que los aspectos antes mencionados
afectan la mente de las personas.
Para el profesional de la salud, las situaciones económicas
y políticas expuestas “forman parte de la vida cotidiana, por lo tanto, nos
adaptamos a esto. Si todas estas cosas nos sobrepasan se produce un trastorno
de adaptación, el cual causa ansiedad, angustia, desazón, irritabilidad, primero,
hacia uno mismo; y, después, hacia el grupo familiar”.
Ligado a lo anterior indicó que se “produce una alteración de
lo que es la vulnerabilidad”, es decir, “cada
vez que pasa una situación, no podemos afrontarlo como antes si podíamos,
entonces, nos vemos vulnerados y eso causa más angustia todavía, nos provoca la
imposibilidad de podernos proyectar hacia adelante”, así tiene lugar, lo que denominó
como “trastorno adaptativo”, el cual lleva a un “síndrome traumático”.
Luego, explicó: “nosotros vivimos de trauma en trauma toda la
vida; y de acuerdo a la resiliencia que tengamos, aquellos que tengan más,
pueden solucionarlos, no se asustan y no tienen temor, porque cuentan con las herramientas
básicas para poder afrontarlos, superarlos y salir fortalecidos de eso. Pero,
hay gente, que no puede afrontarla y está abollando problema tras problema y
enfrenta situaciones que no las puede superar y se frustra”. A continuación,
agregó: “la frustración trae culpa, la cual lleva a la depresión, o sea, falta
de ánimo, ganas de no hacer nada, desesperanza, ruina, las personas están
pensando que hacer, tienen las herramientas; pero no tienen las fuerzas para
llevarlo a cabo, porque se vieron derrotadas por esa situación económica o traumática
y tienen miedo de volver a enfrentar, de que les duela y sufrir”.
Finalmente, expresó que hay dos formas de pasar por estas
situaciones, una de ellas es “la
resiliencia”; la otra, implica que “aquellas personas que no han podido
resolver problemas tienen la necesidad imperiosa de pedir ayuda ante una situación
de abuso en el trabajo, de stress extremo, en el cual se paralizan, se ven como
desbordados, es un buen momento de pedir ayuda a algún familiar, psicoterapeuta
o dispositivo que el Estado propone en los hospitales para aquellas personas
que están pasando situaciones difíciles”.
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